Una noche cuando iba camino de casa me cruze con Karim y Alejandro, un par de macarras que andaban rondando a la salida de un parking. Los dos tios estaban cachondos un max y sin parar de sobarse el rabo, daban la impresion de andar a la busqueda de un tercero a quien poder explotarle el culo. Yo caliente como soy y sabiendo que nunca digo NO, despues de examinar la mercancia, me los subi a casa, donde me esperaba un polvo en el que los dos sementales acabaron, por regarme bien todos los agujeros.